descubren los restos de un
ave del terror en la patagonia

Hace unos 18 millones de años, la Patagonia tenía un aspecto distinto al de hoy en día. Las interminables planicies estaban salpicadas por árboles y bosques en los que se encontraba una gran variedad de animales hoy en día extintos. Su clima era más cálido y húmedo, lo que permitía la existencia de animales de aspecto tropical como monos, puercoespines y muchos otros.

En aquel entonces, en el continente sudamericano no existían mamíferos carnívoros modernos como perros, lobos, felinos u osos. Al contrario, los grandes depredadores eran parientes de las comadrejas o zarigüeyas marsupiales.

Además, entre los grandes cazadores de la época se encontraban unas enormes aves predadoras conocidas como fororracos o “aves del terror”. Los fororracos se distribuyeron por toda Sudamérica, y se extinguieron hace unos 3 millones de años. Sus únicos parientes vivientes son unas aves de patas largas y corredoras conocidas como Chuñas, que se encuentran en el centro y norte de nuestro país.

Los fororracos tenían un pico poderoso, muy alto y terminado en un gancho filoso. Sus patas eran muy largas y sus alas reducidas, por lo que eran incapaces de volar. Sin embargo, a pesar de su gran tamaño, los huesos frágiles hacen que sus esqueletos se preserven difícilmente. Es por esto, que los investigadores saben aún muy poco sobre estos animales y cualquier hallazgo resulta de especial importancia.

Uno de los fororracos más escasos es el Patagorhacos terrificus, especie que había sido dada a conocer por primera vez en el año 2015, y era conocida tan solo por un elemento del cráneo. 

Una expedición llevada adelante por miembros del Museo Patagónico de Ciencias Naturales “Juan Carlos Salgado” (en el marco de un proyecto para conocer las especies fósiles de la Formación Chichinales en el Área de Paso Córdoba, al sur de General Roca, autorizado por la Secretaria de Cultura de Río Negro), resultó en el hallazgo de nuevos restos de esta especie en los alrededores de la ciudad de General Roca, en la provincia de Río Negro. Los restos fueron encontrados en capas de unos 21 millones de años de antigüedad y corresponden a dos individuos diferentes. Estos restos fueron dados a conocer recientemente por un equipo conjunto de investigadores del CONICET, Museo Argentino de Ciencias Naturales, Fundación Azara y el Museo Patagónico de Ciencias Naturales “Juan Carlos Salgado”.

Debido a la buena preservación de los restos los investigadores lograron conocer aspectos importantes sobre el Patagorhacos. La especie alcanzaba una altura de 1.5 metros y un peso aproximado de 50 kilogramos. Sus garras curvadas y sus huesos esbeltos hacen pensar que se trataba de un veloz depredador que daba caza a sus presas mediante la velocidad, y las remataba con un certero picotazo. Luego despedazaba a su presa con la ayuda de las garras del pie.

Los nuevos restos permitieron a los investigadores realizar un árbol genealógico de todos los fororracos conocidos, y poder saber más sobre la evolución de este grupo de aves. 

El equipo de investigación responsable de la publicación de este gran hallazgo está compuesto por Federico Agnolín  (MACN-CONICET y Fundación Azara), Pablo Chafrat (Fundación Patagónica de Ciencias Naturales – Museo Patagónico de Ciencias Naturales “Juan Carlos Salgado) y Gerardo Álvarez-Herrera del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN-CONICET).


Link al trabajo: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/08912963.2025.2458127?src=

Reconstrucción en vida por Nahuel Vásquez